viernes 26 de abril de 2024

El neuquino Joaquín López, el argentino que invitaron a ser Messi en el hockey de Brasil

jueves 27 de enero de 2022

Y… me saqué las ganas, a la camiseta argentina la tengo colgada en el placard". Ríe Joaquín López cuando se le pregunta por los colores de origen. Y ríe de nuevo, otra vez, todo el tiempo, cuando cuenta el periplo que desembocó en vestir la del seleccionado brasileño con un debut oficial increíble: ni más ni menos que en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
No hay vueltas con él, el jugador argentino nacionalizado brasileño que está disputando la Copa Panamericana de Chile: todo le parece increíble. Haberse puesto alguna vez la celeste y blanca, tener ahora la verdeamarelha y por qué no, ponerse otra en alguna otra ocasión. Tras enfrentarse a Los Leones en la primera fecha de este torneo y sentir que ese día los dos himnos le causaron escalofríos, le contó su andar a ESPN.com.
"Me pasó que fue muy fuerte escuchar los dos himnos. Primero, porque Argentina es mi vida y también es mi viejo en el Maracaná. Y segundo, porque el de Brasil es el que representa tanto sacrificio, el premio y al que le tengo un respeto muy grande porque son mis amigos", De allí salió en una adolescencia temprana cuando el proceso de los juveniles de Pablo Lombi lo acercó a Buenos Aires para entrenar con la selección argentina de cara al Mundial Sub 21 de Malasia 2009. Aunque entonces, no tenía tantos deseos hockísticos, sino futbolísticos: un día, alguien que miraba un partido amistoso de esos chicos con Las Leonas, le vio cualidades… Pero en el fútbol. Y lo tentó.
Así empezaron las escapadas extra entrenamiento de hockey para ir a practicar a Boca, a Casa Amarilla, donde le habían puesto el ojo y disfrutaba jugando de enganche. La ilusión era grande. Sin embargo, un problema de papeles con su club de origen, Independiente de Neuquén, lo puso en un brete de idas y vueltas, préstamos y hastío. Se volvió a su casa. Dejó el fútbol. Dejó todo. Y un día volvió al hockey sobre césped, también al pista, y el DT Pedro Zayas lo convocó a jugar de nuevo con Argentina. Sobre aquel equipo de Lombi dice que no tenía posibilidades, porque era un pibe de 17 para un Mundial Sub 21, pero en indoor con Zayas encontró un lugar. De eso celebra: “Me saqué las ganas, tengo mi camiseta. A la camiseta argentina (con su nombre) la tengo colgada en el placard”. Al lado hay otra que impacta de igual manera: es la de Brasil.
Joaquín López debutó en la selección de hockey de Brasil en los Juegos Olímpicos de Río 2016 Federación Panamericana de Hockey
¿Qué hace un jugador de hockey sobre césped argentino jugando para Brasil? Lo de Joaquín es una historia de novela. Porque cuando ni se lo imaginaba, un conocido brasileño lo invitó a nacionalizarse de cara al proyecto que ese país estaba haciendo para los Juegos Olímpicos de Río 2016. Lo invitó a “ser el Messi del hockey” y casi sin pensarlo viajó a tierras cariocas a tomar el reto. No contempló un detalle: no tenía posibilidades de nacionalizarse brasileño por distintos motivos. Así que fue hasta la Confederación Brasileña de Hockey y les dijo: “Hola, vengo a jugar acá”. Había predisposición pero no podía ser posible. Meses después Joaquín estaba peleándola en distintas situaciones de la vida y trabajando en un hostel.
De esos tiempos difíciles guarda varios oasis. Uno, el haber visto de cerca a la selección albiceleste de fútbol en el Mundial 2014. Por eso dice que “el himno argentino es mi papá en el Maracaná”, el recuerdo más fuerte y más inmediato que tiene con quien se le fue en 2015. Y también guarda otro recuerdo, no tan placentero aunque ahora lo divierte: haber terminado en una comisaría por intentar colarse para ver a Leo Messi y compañía en ese mismo Mundial, en Belo Horizonte. Aquella vez, todo terminó bien: a cambio de unos ejercicios de lagartijas los policías lo dejaron ir.
La vida quiso que a los dos años de estar en Brasil Joaquín López se pusiera de novio. Se casó y finalmente llegó eso que lo había llevado por aquellos lares. Obtuvo la nacionalidad y al poco tiempo de jugar en el Carioca Hockey Club le ofrecieron ser parte de la selección. Todo lo demás vino rapidísimo: amistosos con Países Bajos, amistosos con Argentina y los Juegos Olímpicos de Río 2016. Debut oficial y absoluto, mamá y hermanas en la tribuna y un sueño no soñado hecho realidad: "Nunca tuve un sueño muy marcado con el hockey, mi pasión era el fútbol. Pero cuando llegaron esos Juegos… Uff, qué felicidad. Ahí estaba todo, el premio a tanto sacrificio. Fue muy lindo, resume todo, de verdad", cuenta ahora Joaquín desde la concentración en Chile, mientras enumera qué tan trotamundos fue finalmente con ese deporte que lo eligió a él: Australia, Bélgica, España y el propio Metropolitano de Buenos Aires.
A los 31 años, el ex-Berazategui, vuelve a reír y a contar que es uno "de los que seguimos dando un poco más" en Brasil, de los experimentados que intentan traccionar en este equipo que en la Copa Panamericana tiene varios extranjeros nacionalizados pero sobre todo una base Sub 21 que es la que sustenta el proyecto de crecimiento que aún intentan llevar a cabo.
Finalmente, ¿alguna vez Joaquín López se sintió Messi como le prometieron cuando lo invitaron a irse a Brasil? "Por ahora lo único que tengo en común con Leo es el exilio", bromea. Pero de inmediato se pone serio y lo reconoce: "No queda muy humilde que lo diga pero la verdad es que estoy jugando en Brasil por mi condición de argentino". Es que decir “Argentina” y decir “hockey” es como una garantía de que hay algo que se sabe hacer bien. Mientras, el placard de Joaquín ya cuenta otra prenda: cambió musculosa argentina con Nicolás Della Torre, uno de los tantos Leones con los que tiene buena onda. Le prometieron la celeste y blanca para cuando concluya el certamen. El corazón, aunque dividido, está intacto.