martes 23 de abril de 2024

Quiénes son y qué hacían los mendocinos que intentaron matar en Bariloche

martes 04 de octubre de 2022

plena luz del día, con total impunidad y frente testigos que observaron y hasta filmaron todos los detalles. Así, dos mendocinos perpetraron un feroz ataque contra un joven el fin de semana en las calles del centro de Bariloche.
A la víctima no sólo le dieron una paliza a puñetazos y patadas, sino que también intentaron de ejecutarla de un disparo. Aunque salvó su vida de milagro y recibió el alta a las pocas horas, permanece con miedo a posibles represalias por parte de los autores, según lo que le manifestó a los detectives del caso.
Los detenidos fueron identificados como Sergio Alberto Martínez Hualampa (26) y Cristian Carlos Cahuasiri (23), oriundos del barrio Lihué y el asentamiento Cristina Fernández de Kirchner de Guaymallén, respectivamente.
Ambos son cuñados del conocido delincuente juvenil Mario Enrique Morales Flores, alias el Champol, quien se encuentra en la penitenciaría acusado por el crimen de Tiago Melchiori, el niño de 5 años ultimado de un disparo a mediados de febrero en el distrito guaymallino de Belgrano.
Incluso, Martínez y Cahuasiri viajaban junto a un hermano del Champol, de 16 años, cuando policías de Río Negro los atraparon. En un principio, el adolescente fue demorado, pero después quedó como testigo en la causa.
Los dos acusados están en pareja con las hermanas de Morales Flores, hijas de Estela Flores Esquivel, apodada la Manzanita. La mujer también está tras las rejas, cumpliendo una condena por amenazas contra el padre del Melchiori.
Este martes, los agresores enfrentaron una audiencia de acusación en los tribunales de esa ciudad patagónica y el juez de Garantías Víctor Gangarossa hizo lugar a la imputación por homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, formulada por el fiscal Gerardo Miranda.
Además, el magistrado les dictó la prisión preventiva durante dos meses, plazo que solicitó el representante para llevar adelante la instrucción.
Esto porque consideró que existe riesgo de fuga y entorpecimiento de la investigación, ya que conocen a la víctima, llamada Víctor Mendoza, y podrían amedrentarla antes de que declare en el expediente.
Durante ese periodo Martínez y Cahuasiri permanecerán alojados en la Comisaría de Dina Huapi, debido a que los defensores Estanislao Casaux y Pablo Calello pidieron que no vayan a prisión ante la posibilidad de que sufran un ataque por parte de otros presos por ser de otra provincia.
Más allá de que los representantes legales de los detenidos deslizaron que tienen otra teoría del caso, no se opusieron a ninguna de las medidas solicitadas por Miranda.
El fiscal explicó que prácticamente no hay discusión sobre la autoría, ya que está probada por numerosas y contundentes pruebas: la filmación en las que se identifican fácilmente a los acusados, testimoniales de vecinos y manchas de sangre en algunas prendas y en la camioneta en la que circulaban cuando los detuvieron.
Por ese motivo, se analizará en los próximos días la posibilidad de resolver la causa mediante alguna alternativa al debate oral, que podría ser un juicio abreviado, surge de la audiencia.


La reconstrucción que hicieron los pesquisas del caso sostiene que eran las 12.54 cuando Mendoza, Martínez, Cahuasiri y su cuñado menor de edad circulaban por el centro de Bariloche a bordo de una Baic X35 roja.
A esa hora, frenaron en el cruce de avenida Ángel Gallardo y calle Villegas para que el adolescente bajara a comprar un jugo en un comercio. Fue en ese momento cuando se produjo un conflicto entre los cuñados del Champol y la víctima.
Martínez bajó del rodado, abrió la puerta trasera del sector izquierdo y sacó por la fuerza a Mendoza. Acto seguido, lo tiró al piso y comenzó a darle puñetazos y patadas.
A la salvaje agresión se sumó Cahuasiri, quien extrajo un arma de fuego -aparentemente un revólver- con el que le propinó un disparo a la víctima cuando estaba reducida sobre el asfalto.
El plomo le ingresó a Mendoza por la mejilla izquierda y se alojó en la región cervical posterior. Malherido, alcanzó a levantarse y los atacantes le tiraron la camioneta encima, pero logró escapar y se refugió en una playa de estacionamiento.
"A plena luz del día, en una de las ciudades más turísticas del país, toma a alguien a golpes y saca un arma sin importarle nada y le aplica un disparo. No les importó nada", refirió durante la audiencia el fiscal Miranda mientras relataba el hecho.
Mientras todo eso sucedía, el hijo de la Manzanita observó la situación y se dirigió hasta la Comisaría Segunda, ubicada a unas seis cuadras, y denunció que a sus cuñados los estaban asaltando, por lo que policías se desplazaron hasta la escena.
Cuando los efectivos llegaron al lugar, dieron con Mendoza y verificaron que había sido víctima de una agresión, por lo que solicitaron una ambulancia y lo trasladaron a un nosocomio de la zona. Además del balazo, tenía cortes en la frente y la mano izquierda.
A través del operativo que desarrolló la Policía de Río Negro, se logró interceptar a los sospechosos cuando iban por la ruta 40, a la altura de la localidad de Dina Huapi, cerca del límite con Neuquén. Para los sabuesos su objetivo era abandonar la provincia.




Cuando requisaron el vehículo, no hallaron ningún elemento incriminatorio, ni el arma de fuego utilizada en la agresión, por lo que estiman que la descartaron en el trayecto.
Por su parte, poco se sabe con respecto al móvil del ataque contra Mendoza y sobre lo que hacían los jóvenes guaymallinos en la ciudad patagónica.
Al parecer, los imputados aseguraron que habían viajado para vender ropa y Martínez dijo que se dedica a esa actividad cuando se lo preguntó el juez Gangarrossa durante la audiencia en su contra.
No obstante, los investigadores de la causa no se dejaron convencer por esa versión y había sospechas de que todo podría estar vinculado a tráfico de estupefacientes, señalaron policías rionegrinos.
Entre otras cosas, les llamó la atención que se movilizaban en una camioneta valuada en más de 6 millones de pesos. La misma es propiedad de Cahuasiri, quien declaró trabajar en la construcción.