viernes 17 de mayo de 2024

El papel de la humedad del suelo y cómo le afecta el cambio climático

lunes 23 de octubre de 2023

La humedad del suelo tiene un gran impacto en la vida de nuestro planeta. Una humedad óptima hace posible que crezcan árboles, cultivos y, en general, zonas verdes en la Tierra. Normalmente se considera humedad del suelo al agua acumulada en la capa superior, a 1-2 metros de profundidad.

Desafortunadamente, hay muchos factores que afectan a la hidrología y un suelo con una humedad deficiente o excesiva puede provocar diversos problemas, desde una erosión excesiva que impida el desarrollo de la flora hasta grandes encharcamientos o escorrentías. De ahí que llevar un control férreo sea vital.

La importancia de la humedad del suelo
El agua es uno de los elementos clave de la fotosíntesis de las plantas y la mayor parte de ésta la obtienen del suelo por medio de las raíces. Si el suelo no tiene la humedad requerida, las plantas no tendrán la posibilidad de crecer, no solo por la falta de agua para la fotosíntesis, también la temperatura del suelo se verá afectada y la erosión del suelo se incrementará. También los microorganismos que pueblan el suelo y que son parte fundamental de la descomposición de la materia orgánica o la asimilación de nutrientes se ven gravemente afectados por una humedad inadecuada en el suelo. 

No obstante, un déficit hídrico moderado puede ser positivo en determinadas circunstancias. Someter a las plantas a una breve sequía puede promover su resistencia ante este fenómeno, gracias a que el peso absoluto de las raíces aumentará. Es bastante probable que la calidad del cultivo mejore tras realizar esta acción.

Métodos para determinar el contenido de humedad del suelo
Sabiendo que la humedad del suelo es un parámetro que afecta de forma decisiva a muchas actividades que tienen lugar en el suelo, es igual de importante saber realizar una medición de la humedad en el suelo y entender sus valores. La forma más sofisticada y cómoda es hacer uso de software de vanguardia, donde la solución avanzada de análisis de la humedad del suelo de EOSDA Crop Monitoring destaca por encima de otros competidores. Esta solución combina datos satelitales junto a otro tipo de datos, incluidos datos sobre el terreno, para determinar el contenido de humedad del suelo, tanto en la superficie como en la zona radicular, así como otros parámetros de humedad del suelo.

Para las muestras de suelo, tocar el suelo con las manos desnudas para intentar notar si está húmedo o no es el punto de partida, pero no servirá para realizar mediciones fiables. Afortunadamente, existen diferentes instrumentos para realizar mediciones más precisas. 

El método gravimétrico es, posiblemente, la opción más usada para la humedad. Se toma una muestra de suelo y se coloca en un recipiente. A continuación, se pesa la muestra, se seca y se vuelve a pesar una vez la muestra está seca. El contenido de humedad del suelo se expresa como un porcentaje y se calcula dividiendo la diferencia entre el peso húmedo y el peso seco entre el peso húmedo. El valor resultante se multiplica por 100 para obtener el porcentaje. El secado se realiza a una temperatura constante, ligeramente superior a 100ºC y, en función del tipo de suelo y del tamaño de la muestra, puede durar hasta 24 horas.

La medición mediante tensiómetros es bastante frecuente, usando estos aparatos que determinan la presión negativa del suelo o succión del agua. El funcionamiento de un tensiómetro es similar a la fuerza de succión que realizaría una planta para obtener agua del suelo. Debido a que los distintos tipos de suelos tienen un potencial mátrico diferente, este aparato funciona mejor en suelos arenosos que arcillosos. 

Por último, la medición mediante conductividad eléctrica se basa en los cambios en la conductividad según va variando la humedad. Para ello, se coloca un bloque de yeso en cuyo interior hay dos electrodos situados a cierta distancia a la profundidad deseada y la conductividad se mide con un circuito eléctrico denominado “puente de Wheatstone”. A medida que aumenta la resistencia eléctrica de los dos electrodos, disminuye el contenido de agua en los bloques de humedad. Generalmente, las lecturas bajas del medidor significan niveles bajos de agua en el suelo, y las lecturas altas indican niveles altos de humedad en el suelo. Importante anotar que este método no se puede utilizar en suelos con una alta concentración de sales, pues interfieren en la medición.

¿Cómo afecta el cambio climático a la humedad del suelo?
Si bien los cambios que se producen en la humedad del suelo suceden a lo largo de varios años y no de forma inmediata, durante las últimas décadas se aprecia el impacto negativo que el cambio climático está teniendo sobre ella. 

Diferentes estudios han mostrado que la humedad del suelo es más sensible a los cambios en la cantidad e intensidad de las precipitaciones que a la temperatura, que afecta en menor medida. Precisamente, una de las consecuencias del cambio climático, además del notable aumento de las temperaturas, está relacionada con la inestabilidad de las lluvias. Un suelo con una humedad deficiente a consecuencia de unas temperaturas más altas, se erosiona más fácilmente y las lluvias, cada vez menos frecuentes, pero más intensas y difíciles de predecir, no consiguen restablecer la humedad puesto que el suelo ha perdido su capacidad normal para absorber el agua. Además, la falta de lluvias interrumpe el ciclo hidrológico y se produce un aumento de la evapotranspiración, lo que afecta a los niveles de humedad del suelo.

La humedad del suelo no solo afecta a la producción de cultivos, también es parte necesaria del delicado equilibrio de los ecosistemas. El cambio climático está acelerando su degradación, de ahí que sea necesario controlarla y medirla de forma frecuente en aras de tomar medidas para poder mantenerla en un nivel adecuado.