jueves 18 de abril de 2024
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Pruebas Aprender: el 72% de alumnos del último año, con falencias en matemática

miércoles 21 de octubre de 2020

Los resultados de las pruebas Aprender 2019 ratifican una tendencia triste que no se logra revertir: los alumnos no incorporan los conocimientos suficientes en matemática. En secundaria, incluso, los desempeños son peores. El 72% de los estudiantes de último año está por debajo de los niveles deseados y, lejos de mejorar, los indicadores caen en cada evaluación.

Otra vez, matemática se mostró como la materia de mayores dificultades. Solo el 28,6% alcanzó los niveles de aprobación (satisfactorio y avanzado). El resto tuvo problemas para resolver los ejercicios e incluso el 42,8% se mostró por debajo del nivel básico. Es decir, no alcanzó a incorporar los contenidos más elementales que plantea la currícula.
Al igual que en las otras disciplinas, los datos muestran una correlación muy fuerte por nivel socioeconómico. En los hogares de NSE bajo, el 64% de los estudiantes están por debajo del nivel básico, mientras que en los de NSE alto representan tan solo el 24%. Esa correlación se traslada a las escuelas públicas y privadas. Allí la brecha es de 26 puntos porcentuales.
El déficit de aprendizajes en matemática no es una novedad. Viene de larga data. En el Operativo Nacional de Evaluación (ONE) ya se observaban dificultades grandes. No obstante, si bien es una tendencia sutil, en cada prueba que pasa son cada vez más chicos los que terminan por debajo de los niveles esperados.

A fines de 2018, ya con los resultados magros sobre la mesa, la gestión educativa del entonces presidente Mauricio Macri presentó lo que llamaron una nueva forma de enseñar matemática. La propuesta, que incluía capacitaciones a los docentes, buscaba darle un enfoque más “práctico y vivencial” a la materia, con la idea de que los estudiantes se acerquen a los contenidos ya no de un modo tan abstracto, sino más cercano a su realidad.
“El sistema educativo no tiene soluciones mágicas. Hay que sostener políticas y procesos de inversión educativa para que se vean los resultados, para luchar contra la desigualdad social y económica que es lo que impacta con mayor crudeza en nuestras aulas. El gobierno de Macri desinvirtió el sistema educativo”, señaló Trotta.
En lengua la historia es diferente. Los desempeños satisfactorio y avanzado acaparan el 61,7% y la serie histórica muestra una tendencia ascendente. Desde 2013, hubo una mejora de 11 puntos porcentuales.

En ciencias naturales, en cambio, hay un asterisco. Los resultados se publicaron como “datos observados”, dando así continuidad a una tradición de estadística educativa poco confiable en la Argentina. Las autoridades de la Secretaría de Evaluación consideraron “disonante” la mejora en los indicadores. “No se ha encontrado ninguna explicación contundente sobre la diferencia significativa en los desempeños entre las distintas tomas. Se definió, al momento de la publicación, presentar los resultados del área para el año 2019 como dato observado”, explicaron.
Por fuera de los aprendizajes, hay otros indicadores tanto o más preocupantes que se presentaron hoy por la mañana. En la secundaria, las trayectorias escolares entran en tensión con la realidad socioeconómica. En 2019 sólo el 43% de jóvenes de los hogares con menores ingresos terminó la escuela. En cambio, el 91% de los chicos de hogares con alto NSE egresó.
Un tercio de los adolescentes de entre 16 y 17 años realiza una actividad productiva. En ellos el abandono de la escuela es tres veces mayor que entre quienes no trabajan. En medio de la pandemia, la conectividad se volvió un recurso indispensable, si es que ya no lo era, pero el 46% de los chicos no tiene una computadora. Cuanto menos contacto hayan tenido con la escuela, creen, menos posibilidades de que vuelvan una vez que se retomen las clases presenciales.