Por el endurecimiento de la cuarentena, volvió a caer la venta de combustibles

La recuperación de las ventas dentro del sector de los combustibles, uno de los más afectados por la cuarentena, se frenó en julio y
El volumen de venta de combustibles en general cayó en julio un 0,5 %. El número representa fundamentalmente un estancamiento en el proceso de recuperación que venía experimentando el sector luego de un desplome del 47,4% entre febrero y abril, cuando se decretó el aislamiento en todo el país.
Luego de ese derrumbe, las ventas habían crecido en mayo y junio un 37,9%, pero esa alza se cortó a la par que se restringió la circulación por la disparada de casos. En total, las ventas siguen un 27,7 % por debajo de los volúmenes que se comercializaban antes de la llegada del covid-19.
Los datos se desprenden de un informe elaborado por la consultora Economic Trends para la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), con información tomada de la Secretaría de Energía.
Desagregando por tipo de combustible, se observan dos situaciones distintas. En el caso de las naftas, hubo un crecimiento de apenas 0,8% en julio, que frena un alza de 83,1% desde el punto más bajo. Sin embargo, el cuadro completo muestra que los volúmenes de venta siguen un 40,3% debajo de los números que se manejaban antes de la pandemia. Entre febrero y abril, la nafta fue el combustible más golpeado, con un desplome del 67,4% en ventas.

“Nosotros habíamos hecho en su momento un cálculo optimista que permitía pensar en una recuperación de los niveles para octubre, pero también veníamos siguiendo el endurecimiento de la cuarentena y cómo eso impactaba en las ventas. Los números ahora nos muestran eso, que estamos lejos de tener una solución”, sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha.
Por otro lado, si bien el informe muestra que la caída abril-julio se dio en todos los combustibles, fue mucho más pronunciada en los segmentos más caros (Nafta Premium y Gasoil Grado 3), lo que indica una sustitución por parte del consumidor, que termina derivando en una caída mucho mayor de la facturación. En total, se estima que el sector de los estacioneros perdió $ 24,783.2 millones de pesos.