sábado 20 de abril de 2024
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Grabois cuestionó la Tarjeta Alimentar: "Es una política estúpida, es asistencialismo puro"

domingo 09 de mayo de 2021

“Ni siquiera es una política alimentaria”, sentenció Grabois, asegurando que, por ejemplo, no srive para superar la malnutrición infantil grave. Y coincidió también con Emilio Pérsico en que la política del Gobierno debe apuntar a la generación de empleo.

Luego de que Emilio Pérsico expusiera su malestar con la asignación de fondos para la ampliación del universo de beneficiarios de ese programa, y luego de que el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, reclamara públicamente la vuelta del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), Grabois, que ya se había manifestado contra la Tarjeta Alimentar, hizo pública su postura contra el enfoque de las políticas de ayuda social del Gobierno.
“Nadie puede estar en contra de los anuncios sociales del viernes. Teniendo en cuenta la situación dramática que vive nuestro pueblo, con niveles de pobreza y desigualdad catastróficos, que más familias tengan una tarjeta para comprar alimentos es algo”, dijo en un comunicado bajo el título “La tarjeta Alimentar no es justicia social”. “Pero vemos con tristeza cómo nuestro gobierno comete errores permanentes por una incomprensible ceguera”, señaló.
En el escrito, el dirigente social reconoció que la medida es “un consuelo ante tanta malaria” y valoró que “el gabinete económico” haya decidido “romper el chanchito” (sic) que “parecía reservado exclusivamente para Kristalina Georgieva” -en referencia a la titular del FMI, mientras en la Argentina “crece la pobreza y la desigualdad”. “El problema es que se decidió aplicar los recursos a una política que solo puedo calificar con una palabra. Es una política estúpida”, sostuvo.
“La decisión está guiada por sentimientos nobles, pero carga un enorme desconocimiento de la realidad, un temor reverencial a los formadores de opinión, una confianza infantil en los formadores de precios, una enorme desvalorización de los trabajadores, una enorme sobrevaloración de los tecnócratas y una adicción inocultable a los focus-groups”, argumentó contra la medida, a la que caracterizó como “de cuño neoliberal” porque “no consagra derechos permanentes, no crea puestos de trabajo, no genera bienes sociales durables y no promueve el desarrollo humano integral”.
La Tarjeta Alimentar, consideró, “es una decisión un tanto improvisada que definió un conjunto funcionarios encerrados en una oficina”, que “promueve el consumo de alimentos industrializados” y que “por su diseño activa todos los mecanismos de concentración económica”: “El dinero va derechito a manos de empresas monopólicas y actores financieros que antes de que se cuente tres van con los pesos del Estado a comprar dólares”.
Grabois -que en las últimas semanas fue oficializado como miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano- remarcó además que la Tarjeta Alimentar “no es una política alimentaria” y que “no funciona para combatir las situaciones más graves de malnutrición infantil”, ni alcanza “a los grupos más vulnerados como los pueblos originarios, las comunidades campesinas y las personas en situación de calle”.
En ese sentido, Grabois postuló que la única salida contra el hambre, la pobreza y la indigencia “es el trabajo remunerado y con derechos laborales”. Para lograrlo, el Gobierno debería, en su criterio, “reconocer el trabajo” de los casi cinco millones de argentinos que trabajan en la economía popular -cartoneros, recicladores, agricultores familiares, costureros, constructores, entre otros- y “crear otros cinco millones puestos de trabajo que se requieren en actividades socialmente organizadas”.