2020-08-25

Opinión: Duhalde y el dilema de creer o reventar

(opinión*) Tremendo alboroto generó Eduardo Duhalde al afirmar en el programa Animales Sueltos de este lunes a la medianoche que el año que viene podría haber un golpe de estado en argentina que impediría la realización de las elecciones legislativas. Y no es para menos dado la reputación del ex presidente.
En tiempos en que el maniqueísmo se impone como la forma dominante en la política, era por demás lógico que esas declaraciones iban a contar con adeptos y detractores. Pero quienes nos dedicamos profesionalmente a la política tenemos la obligación de analizar lo dicho por Duhalde de manera desapasionada. Intentando realizar una reflexión profunda que nos ayude a interpretar las raíces de esos dichos. Intentando encontrar las pruebas, los datos, que la confirmen o la refuten.
Ese es el objeto de esta nota, que de ninguna manera quiere decir que yo desee que haya un golpe de estado. Y aclaro esto porque siempre puede aparecer algún desprevenido con ánimo de malinterpretar mis dichos.
Toda consecuencia (y un golpe de estado lo sería) exige la presencia de causas que la produzcan. Y el ex presidente esgrimió tres causas o argumentos que dan justificativo a la consecuencia que presagia:

  • Un cierto clima de militarismo en América Latina
  • La pérdida de representatividad de la clase política
  • Un estado de crisis social del tipo pre-anárquico
Guste o no, esas tres causas son reales y forman parte del contexto que rige nuestra política. Aunque, cierto es reconocer que su existencia “per se” no es sinónimo de consecuencia, justo es también reconocer que existen y soslayarlas o minimizarlas es temerario e irresponsable, además de bobo.1) El clima de militarismo se manifiesta claramente al echar un vistazo a la realidad política de nuestros vecinos del continente. Tarea que realicé y plasmé en este blog el 28 de noviembre pasado en la nota: “Estado de sitio: una ficción premonitoria de la actual crisis latinoamericana” donde cuento como en Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil, Venezuela y Uruguay las Fuerzas Armadas cobraron valor producto de las necesidades de sus gobiernos de sustentarse en ellas para contener las manifestaciones y reprimir los desborde de sus pueblos. En algunos casos tomando directamente el poder como en Bolivia. En otros siendo parte del gobierno como en Venezuela y Brasil. Y en el resto forzando figuras legales como el “estrado de excepción” (estado de sitio) que les garantice carta blanca para poder actuar militarmente sin sufrir consecuencias legales.En el módulo “el electorado latinoamericano y los estudios de opinión pública” cursado en mi diplomatura en marketing político, el profesor Carlos Fara nos presentó a los alumnos encuestas que demostraban que uno de cada tres electores del subcontinente apoyaría que los militares se hagan cargo de los gobiernos de sus países.También una encuesta de noviembre del año pasado de la consultora Proyección, muestra que el 75% de los votantes de Juntos por el Cambio y el 10% de los votantes del Frente de Todos, estarían dispuestos a aceptar “intervenciones militares” en nuestro país, si ellas consideraran que las instituciones democráticas estuvieran fallando a sus fines, como por ejemplo en el mal manejo de la economía o por actos de corrupciónLee la opinión completa acá*Pablo Gustavo Diaz,

consultor en Marketing Político

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