viernes 29 de marzo de 2024
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Mauricio Macri criticó duramente al Gobierno en su mensaje de fin de año

jueves 31 de diciembre de 2020

A través de su perfil de Facebook, el expresidente Mauricio Macri publicó su mensaje de fin de año en el que criticó duramente al Gobierno y señaló que en el transcurrir de 2020 el optimismo en la administración liderada por Alberto Fernández se fue diluyendo.
En este sentido, el referente del bloque opositor Juntos por el Cambio afirmó que “ya en el verano pasado, la suelta de presos peligrosos, la falta de un plan económico y las primeras agresiones al Poder Judicial profundizaron la recesión y generaron dudas sobre las convicciones republicanas del gobierno”.
“Llegó la pandemia y, con ella, una de las cuarentenas más largas y destructivas del mundo. Dejamos de ver a nuestros afectos, encerramos insanamente a nuestros niños. Muchos perdieron sus trabajos, ante un oficialismo que se dedicó a predicar miedo y más miedo, ejercer su autoridad, su poder y criticar a la sociedad por el aumento de casos. Y aun así terminamos siendo uno de los países con más muertos por Covid”, aseguró el exjefe de Estado en su mensaje para despedir el año.
Con respecto a la economía, Macri señaló que “no se ve un rumbo claro. Volvimos a quedarnos otra vez sin reservas y sin energía y los impuestos aumentan y no paran de aumentar, otra vez a niveles que no existen en otros países, lo que claramente, obviamente, aleja la posibilidad de que alguien quiera invertir y generar trabajo para los argentinos”.
Sin embargo, el expresidente se mostró esperanzado en el futuro y afirmó: “Lo que no se perdió es la convicción de los argentinos de que queremos vivir en libertad, que se respeten la ley y nuestros derechos. El aprendizaje que nos deja este frustrante 2020 es que el rumbo a retomar es el del trabajo y la verdad. Nunca más al pobrismo, la mentira y el atropello.

El mensaje completo de Macri
MI CONFIANZA EN LOS ARGENTINOS ES TOTAL
Queridos argentinos,
Termina un año muy difícil para todos, en el que sufrimos los efectos de la pandemia y la cuarentena, pero que también cierra con esperanza. Sí, sé que suena raro, porque hoy es difícil ver cómo pueden mejorar las cosas, pero si algo bueno dejó este año es la demostración de que aún en los momentos más duros el compromiso con nuestros valores está intacto. Queremos vivir en paz, con respeto, con trabajo, en libertad, sin mentiras ni atropellos, y estamos dispuestos a luchar por ese país que queremos.
El año había empezado para muchos con la expectativa lógica ante un nuevo gobierno. Nosotros mismos, como oposición, le ofrecimos ayuda en la transición y lo apoyamos en las cosas que creíamos que valían la pena. Ese optimismo, sin embargo, se fue diluyendo. Ya en el verano pasado, la suelta de presos peligrosos, la falta de un plan económico y las primeras agresiones al Poder Judicial profundizaron la recesión y generaron dudas sobre las convicciones republicanas del gobierno.
Y sobre llovido, mojado. Llegó la pandemia y, con ella, una de las cuarentenas más largas y destructivas del mundo. Dejamos de ver a nuestros afectos, encerramos insanamente a nuestros niños. Muchos perdieron sus trabajos, ante un oficialismo que se dedicó a predicar miedo y más miedo, ejercer su autoridad, su poder y criticar a la sociedad por el aumento de casos. Y aun así terminamos siendo uno de los países con más muertos por Covid.
Todo eso se podría haber evitado con más humildad, más atención a la experiencia internacional y permitiendo actividades que en países como Uruguay, por ejemplo, nunca, nunca, estuvieron prohibidas. Esta cuarentena nos deja secuelas que sufriremos muchos años. No sólo por los millones de argentinos que perdieron su empleo sino también por las consecuencias psicológicas, educativas y sanitarias de otras patologías (por ejemplo cardiológicas, oncológicas, diabéticas) no tratadas a tiempo.
Para peor, cuando debía estar concentrado en la emergencia sanitaria y sus consecuencias económicas y sociales, el Gobierno encaró una agenda autoritaria y judicial alejada de los problemas de los argentinos. Quiso expropiar Vicentín, buscó sacarse de encima a los jueces que investigan la corrupción, atacó al viejo Correo, cuándo no, para perseguir a mi familia y le manoteó injustamente una parte de su presupuesto a la Ciudad de Buenos Aires.
En la economía no se ve un rumbo claro. Volvimos a quedarnos otra vez sin reservas y sin energía y los impuestos aumentan y no paran de aumentar, otra vez a niveles que no existen en otros países, lo que claramente, obviamente, aleja la posibilidad de que alguien quiera invertir y generar trabajo para los argentinos. Como sabemos, el trabajo formal privado es la única solución para nuestros problemas. Para que haya movilidad social ascendente y cada familia argentina pueda soñar con un futuro mejor necesitamos generar trabajo privado de calidad.
Sin embargo, terminamos el año con casi 50% de pobreza, millones de nuevos desempleados y la inflación en ascenso. Triste, pero se perdieron todos los esfuerzos que hicieron los argentinos en 2018 y 2019, años que –reconozco, claro que reconozco– fueron muy duros, pero en los que finalmente estábamos enderezando el barco y hoy el barco parece a la deriva.
Pero lo que no se perdió –es más, está más fuerte que nunca– es la convicción de los argentinos de que queremos vivir en libertad, que se respeten la ley y nuestros derechos. El aprendizaje que nos deja este frustrante 2020 es que el rumbo a retomar es el del trabajo y la verdad. Nunca más al pobrismo, la mentira y el atropello. Como ya les dije soy pesimista, sí, soy pesimista para los próximos meses porque creo que seguiremos sufriendo las consecuencias de los desatinos de un gobierno sin plan ni rumbo. Pero soy muy, muy, optimista para los próximos años, porque veo la fuerza y la convicción del pueblo argentino, más firme que nunca, peleando por defender nuestro futuro.
Por eso estoy lleno de esperanza, porque mi confianza en los argentinos es total. Mi confianza en ustedes es absoluta.
Somos millones los argentinos que tenemos el corazón lleno de un deseo de futuro, progreso, libertad y aprecio por la democracia que no podrá ser cambiado por nadie. Confiemos en eso, confiemos en nosotros y avancemos al 2021 con la seguridad de no estar solos. Somos muchos. Y cada día más.
Feliz año y fuerza!